El hombre de Neandertal (Homo neanderthalensis) es una especie extinta del género Homo que habitó Europa y partes de Asia occidental desde hace 230 000 hasta
28 000 años atrás, durante el Pleistoceno medio y superior y culturalmente integrada en el Paleolítico
medio. En un periodo de aproximadamente 5000 años se cree convivió
paralelamente en los mismos territorios europeos con el Hombre de Cromañón,
primeros hombres
modernos en Europa. Esta convivencia se ha
demostrado por fósiles.
Sus características
definidoras, a partir de los huesos fósiles descubiertos hasta ahora (unos 400 individuos), son: esqueleto robusto, pelvis ancha, extremidades cortas y robustas, tórax en barril, arcos supraorbitarios
resaltados, frente baja e inclinada, mandíbulas sin mentón
y capacidad craneal igual o
mayor que la del hombre moderno, de unos 1550 cm³.
Los neandertales fueron una especie bien adaptada al frío extremo congruente
con la cuarta y última glaciación. Tenían un cráneo alargado y amplio, baja estatura, de
1,65 metros, complexión robusta, y nariz corta pero ancha, rasgos que denotan
adaptación a climas fríos, como se puede observar actualmente en las
poblaciones del Ártico, y muy
probablemente dueños de un olfato más desarrollado que el hombre moderno. Si bien su estructura ósea no los
hacía corredores de largo aliento, sí podían hacer cortas y rápidas carreras
persecutorias o escapistas; eran sobre todo caminantes de largas distancias.
Otra característica de los Neandertales es que
El estilo de herramientas
líticas utilizadas en el Paleolítico medio por los neandertales se conoce como la cultura Musteriense, así llamada por
haber sido encontradas por primera vez en el yacimiento arqueológico Le Moustier, en Francia. En los últimos tiempos de los
neandertales aparece en el registro arqueológico el estilo Châtelperroniense,
considerado como más "avanzado" que el musteriense.
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